Por otra parte las limitaciones cuotidianas como la edad, el peso o la apariencia, pasan a un segundo plano de importancia. Es muy fácil mentir en un chat, quitarse 5 o 10 años de edad, o hablar con un nick o apodo falso, En el ciberespacio no hay ni calvos ni feos, todo el mundo es más guapo o joven de lo que parece, el mal humor no está visible y muchos usuarios se vuelven sospechosamente románticos o por la contra, demasiado lanzados. Los ciberamantes constituyen todo un fenómeno social de principios del siglo XXI y una impesada consecuencia de Internet.
El ciberadultero es una persona que no consolida su infidelidad hasta el plano presencial, sino que mantiene conversaciones y flirteos on line con otras personas no llegando a encuentros presénciales. 1 de cada 2 usuarios de chats ha cometido ciberadulterio en alguna ocasión. el hecho de que el adulterio no sea presencial no significa que no sea una infidelidad, en todo caso la práctica del ciberadulterio está sujeta a muchas interpretaciones que varían según el entorno y el criterio de cada pareja.
Expertos mencionan que la práctica del cibersexo tiene una connotación no tan negativa como creemos, ayuda a que muchas personas canalicen sus facetas mas escondidas hacia planos donde no se daña a nadie, de esta manera no se consume el contacto y la persona da rienda suelta a sus necesidades de manera virtual.
Se estima que 1 de cada 4 divorcios tiene alguna relación total o parcial con la red.
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